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Al final del día, cuando llegas a casa, ¿qué es lo que deseas encontrar? o cuando te reúnes con tu pareja ¿que deseas obtener?, cuando tienes tu primera cita o que conocerás a alguien, esa intriga que te carcome si será la persona indicada ¿qué esperas sentir?
¿Porque un solo momento puede definir muchos sentimientos como también empujarte a definir tu futuro?
Muchas preguntas, muchas incógnitas que solo lo puedes resolver hasta ese momento cuando te acercas a tomar un poco de ese néctar que se encuentra a unos pequeños centímetros de la nariz, solo por un momento, solo por una cuestión de segundos el probar ese fruto prohibido que con solo una gota te puede liberar un sentimiento que estremecerá cado uno de tus huesos, tan sencillo y único ese solo rose de la pequeña sabana que nos cubriría del frio de la soledad.
El frio que nos invade todo el día, se puede solucionar con un acto de picardía como también de la timidez, esa almohada de color piel que solo nos permite abrazarla de vez en cuando, al momento que solo se acerca y no necesariamente que se entrelacen las dos sabanas como un buen revolcón nocturno.
Podrá haber muchas almohadas, usadas, regaladas, en venta, con muchas costuras para hacerlas ver mejor y algunas excentricidades de mostrador fino, pero solamente una sostendrá tu cabeza cuando más lo necesites.
Como prenda que llevas a todos lados, que no te moleste lo que digan las demás personas, es tu confidente, tu cajita de secretos, tu contraparte, tu cómplice de fechorías y tu juguete de aventuras nocturnas, claro hay veces que quisieras agarrar unas tijeras y sacarle todo el algodón por dentro porque no dice lo que esperas.
Es increíble que algo tan pequeño haga florecer tantos sentimientos, algo que nos apaga la luz cegante de los problemas del día, algo que nos ayuda a crear esa música, esa melodía que juntos se vuelven sonetos que se escuchan silenciosamente para un público de dos personas hasta la siguiente salida del sol.
¿Porque nos prohibimos de poder disfrutar de un buen beso?, porque de privarnos de algo tan bello, esa sinfonía que se crea al estar juntos, no lo podemos evitar, no podemos apartar la realidad ni la verdad, un beso es esa gota de agua que necesitas en este desierto que te golpea con cada respiración que das; esa burbuja de aire que te da la oportunidad de respirar un minuto más debajo de estas aguas turbias, no es que la vida sea todo un caos, pero sin esa vitamina no podríamos dar un solo paso.
Al momento en que creemos que estamos solos, en plena oscuridad, si tuvimos la oportunidad de disfrutarlo en el día, el recuerdo vive porque, aunque sean dos minutos, esos son eternos, con amor o sin amor, dicho acto debe tener su respeto, su interés, su malocidad, su picardía, su paz, es estar en el purgatorio, porque no sabes si estarás en el infierno como en el cielo, todo dependerá de la injundia que le hayas aplicado.
Lo interesante del beso es que no puede ir solo, debe de ir acompañado de una caricia, de un gesto, como también de fuerza, agresividad pasiva, morbo que quede en la intimidad de una mirada, en el silencio de un respiro, en el rose delicado de los pensamientos que invaden el momento, disfrutando los susurros de los sonidos creados en ese instante.
Lucha insaciable de poderes que no importa el ganador, al final siempre habrá otra lucha que desatar, entre sabanas, al aire libre, después de un café, antes de desayunar, en cualquier momento un beso nunca se ha de negar.
Suspiro del beso perdido, anhelo sonado como una pérdida o despedida de nuestra alma que nos abandona, apretón al corazón de la mano desgarradora de la tristeza.
Beso al aire esperando cual ave fénix lleno de fuego llegue a la persona que uno desea, que se añora, pareja de vida que toma la mano de cada uno al final del día, que al llegar la oscuridad de la noche acompañada del frio nocturno se junten nuevamente las sábanas y las almohadas de color piel e inicien nuevamente el juego sin vencedor o vencedora.
Esta noche dale amor a esa almohada, para que al día siguiente tengas la fuerza para batallar nuevamente, de no tenerla todavía en los abrazos nocturnos, ve, búscala o búscalo, no te prives de hacer lo necesario para que sea tu almohada de todas las noches.
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