
Después del largo caminar en tu vida, te ves a ti mismo o a ti misma en la orilla del mar.
Volteas y puedes ver todas las huellas que has dejado en tu camino, algunas se mantienen y otras han desaparecido. En esas mismas hay algunas que quisieras darlas otra vez y otras haberlas pisado de diferente forma o inclusive que dejaste de dar por no darle importancia, ahora que ya tienes tiempo en tu andar, te arrepientes de no haberlas dado.
No podemos cambiar las huellas del pasado porque son las que te han formado, máxime aquellas en que en la arena han quedado bien definidas, esas ni con las mismas olas las elimina, podrá cambiarles de forma, pero siempre sabrás que allí están y que son tuyas.
En aquellas huellas que no diste o preferiste cambiar de rumbo las puedes retomar, no hay edad que te impida a retomar esas huellas donde las dejaste. No es como dicen que a perro viejo no puede aprender trucos nuevos, sino que, a perro viejo aprende trucos nuevos con viejos métodos y con diferentes tiempos.
No dejes intimidarte porque la arena tiene más piedras, que la arena es más pesada o menos fuerte que te hundes en cada paso; no te rindas a las inclemencias del pasar del tiempo, no dejes que te venzan los gritos de las personas que están en la playa gritándote que no puedes o que te retires. Quieres retomar tus estudios, quieres iniciar una nueva relación, emprender un negocio, formar una familia, hacer ejercicio y porque no correr un maratón, todos esos caminos que quisiste dar antes y no los pudiste dar, es momento que comiences a caminar.
El tiempo es finito para todos, pero en el andar en esa arena, cada huella que das es una guía para aquella persona que viene atrás de ti, puedes caminarla sola, solo, acompañada o acompañado; lo importante es dar el siguiente paso a todo aquello que no hiciste en el pasado.
El miedo persiste, la duda te come, la incertidumbre te invade y el perro del fracaso te sigue, comiéndose cada error que des como su bocadillo preferido. Detente un momento, nadie te dijo que no podías parar, es tu caminar y la misión en la arena es de disfrutar, de poder coger con las manos esa arena y sentirla; como diferentes superficies se pueden sentir tan bien entre los dedos, que los pies se llenen de agua en cada agujero que realices, chapotea, patea, por qué no, hasta jugar y bailar en el caminar.
Lo importante es no perder la atención del retomar aquellos caminos que dejamos pendientes a pesar de que las olas o el mismo tiempo los hayan borrado, que podrás encontrar algunas algas, maleza que hayan cubierto el lugar donde abandonaste el seguir de tus pasos, pero tus pies sabrán que es allí el lugar.
Entonces antes que te desmayes previo a iniciar nuevamente, fortalécete, respira profundo porque tú puedes volver a iniciar, un nuevo comienzo, una nueva aventura, una batalla que solo tú puedes luchar, pero lo mejor es que ya vienes con más armas, más preparada, más acuerpado, que la experiencia de los previos pasos dados sean tus nuevas herramientas, quien sabe; después de haber caminado ese trayecto que tanto le temías antes, ahora hasta más sencillo se te haga.
Recuerda que la arena es basta y está completamente cernida, bien fina por las olas, solo esperando tus próximas huellas.
Comments