Nuestras ideas mueren en un instante, nuestros sueños se opacan al amanecer, nuestras fuerzas se acaban al pasar los años, nuestras sonrisas se van convirtiendo en arrugas y nuestros enojos en líneas de la frente.
Todo porque creemos que no podremos superar nuestros errores o equivocaciones del día.
Te digo de una vez, que eso lo puedes ir cambiando día a día, que las arrugas, se conviertan en experiencias, que las líneas de la frente se vuelvan vivencias, que las lágrimas sean el agua que te dio de beber para mantenerte vivo.
No mires atrás, se cómo el rinoceronte, siempre para adelante, que no te mortifique que tus ideas hayan muerto, pues nacerán otras, pero esas cuídalas, aliméntalas no las dejes por allí, aprovecha cada una de ellas y ponla a trabajar, utiliza la regla de los 5 segundos, si lo piensas hazlo.
Si los sueños se opacaron por un mal amanecer, vendrá nuevamente la noche para que lo hagas de nuevo y que te levantes ya con un objetivo que ese sueño te dio. Ese momento atesóralo, guárdalo, duerme con un cuaderno para apuntar tus sueños, escribe tus preocupaciones y en la noche te darás cuenta de que se resuelven, no es hermoso nuestro cerebro, aunque duermas el estará trabajando a todo vapor para salir adelante.
Todo dependerá de la comunicación contigo, haz crecer esa comunión contigo, habla, conversa, ríe, exprésate, llora, pero se honesto, levanta ese espíritu combatiente; respira profundo e inicia un nuevo día sin que te de pena lo que te digan los demás, no dejes de avanzar, haz lo que tengas que hacer, pero no te detengas, los primeros días sentirás como que se estuvieses haciendo locuras y tu cerebro te dirá, ¿qué diablos estás haciendo?, tu solo responde, ¡lo que debí hacer hace mucho tiempo!
Si retrocedes, inicia nuevamente; es un juego infinito, no hay ganadores, solo disfrutar el trayecto.
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